24 de noviembre de 2018

LA REFORMA Y EL PASTOR EVANGÉLICO

(Romanos 1:14-15; 1 Pedro 5:2-6; Hebreos 13:7,17)

















Por: Pr. Víctor Pino Gamboa

INTRODUCCIÓN

Hemos cumplido más de 500 años (31 de octubre, 1517-2017) de la Reforma Evangélica o Protestante. Un Movimiento trascendental de la Era Cristiana. Se conoce como Reforma Protestante, o simplemente la Reforma, al movimiento religioso cristiano, iniciado en Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero, que llevó a un cisma de la Iglesia Católica para dar origen a numerosas iglesias agrupadas bajo la denominación de Protestantismo.

Los albigenses o cátaros, y los valdenses, en el siglo XII, surgieron como movimientos de reforma. En los siglos XII y XIV, se levantaron hombres ilustres con capacidad moral e intelectual, como precursores de la Reforma Protestante, John Wycliffe, Juan Hus y Jerónimo Savonarola y, otros que a través de la historia lideraron exponiendo su propia vida. Entre los principales reformadores están Martín Lutero (1483-1546), Alemania; Juan Calvino (1509-1564), Francia; Ulrico Zwinglio (1484-1531), Suiza; John Knox (1514-1572), Escocia.

I. ¿QUIÉN FUE MARTÍN LUTERO?

Se dice que después de Jesucristo y de Pablo, el hombre más grande de todos los siglos es Martín Lutero. Sin lugar a dudas, Lutero fue uno de los hombres más influyentes en la historia del Cristianismo. Muchos lo llamaron el “profeta del pueblo”.

Martín Lutero, nacido en Eisleben, Alemania, el 10 de noviembre de 1483, fue un teólogo y fraile católico agustino que comenzó e impulsó la reforma religiosa en Alemania y en cuyas enseñanzas se inspiró y alentó la Reforma Protestante y la doctrina teológica y cultural denominada Luteranismo.

Lutero exhortaba a la Iglesia Cristiana a regresar a las enseñanzas originales de la Biblia, lo que produjo una reestructuración de las iglesias cristianas en Europa. La reacción de la Iglesia Católica ante la Reforma Protestante fue la Contrarreforma. Sus contribuciones a la civilización occidental se extienden más allá del ámbito religioso, ya que sus traducciones de la Biblia ayudaron a desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el arte de la traducción. Su matrimonio con Catalina de Bora, el 13 de junio de 1525, inició un movimiento de apoyo al matrimonio pastoral dentro de muchas corrientes cristianas.

Dios en cumplimiento a sus propósitos supremos usó a hombres santos como John Wycliffe, Juan Hus y Jerónimo Savonarola (precursores de la Reforma), pero de manera especial a Martín Lutero, para volver al Cristianismo a la fuente pura de la revelación divina – La Biblia, como única autoridad suprema en materia de fe y práctica cristiana.

La Iglesia Católica Romana, la iglesia imperial llamada “cristiana” solamente en teoría había llegado al más desastroso nivel espiritual y moral. Como una de las evidencias de lo que llegó a ser esta institución apóstata, se registran hechos vergonzosos, entre los siglos IX al XI.

Como una referencia histórica tomaré el “Reinado de las Rameras”, mencionando algunos papas como Sergio III (904-11 D.C.) tenía una concubina, Marozia. Esta, su madre Teodora (esposa o viuda de un senador romano) y su hermana “llenaron la silla papal de sus amantes e hijos bastardos, e hicieron del palacio papal una cueva de ladrones.” En la historia este período se denomina la “Pornocracia”, o “Reinado de las Rameras” (904-963).

Anastasio III, 911-3. Landón 913-4. Juan X, 914-28, fue traído de Ravena a Roma y hecho Papa por Teodora (quien también tenía otros amantes) para la más fácil gratificación de sus pasiones.” Murió sofocado por Marozia, quien a su vez elevó al Papado a los hijos suyos. León VI, 928-9, Esteban VII, 929-31, y Juan XI, 931-6, su propio e ilegítimo hijo. Otro hijo suyo nombró a los cuatro siguientes: León VII, 936-9, Esteban VIII, 939-42, Marino II, 942-6, y Agapito II, 946-55.

Juan XII, 955-63, nieto de Marozia, “fue culpable de casi de todo crimen. Violaba a vírgenes y a viudas de alta y baja calidad; cohabitó con la concubina de su padre; hizo del palacio papal un burdel; y fue muerto en el acto de adulterio por un airado esposo”.

Benedicto VIII, 1012-24, compró el puesto de Papa mediante soborno abierto. Esto se llama “simonía”, es decir, la compra y venta de puestos eclesiásticos por dinero.

Juan XIX 1024-33, compró el Papado. Era lego, y escaló en un solo día todos los grados eclesiásticos, por dinero.

Es decir que el período Papal de los siglos noveno al undécimo, fue la época obscura de la Iglesia Católica Romana.Los historiadores lo llaman la “media noche de las Edades Oscuras”. El soborno, la corruptela, la inmoralidad y el derramamiento de sangre lo hacen casi el capítulo más negro de toda la historia de la Iglesia Católica. (Ref. Henry H. Halley - Historia de la Iglesia, Compendio Manual de la Biblia, pgs. 683 - 684. Editorial Moody).

Martín Lutero un monje agustino es impulsado ardientemente a liderar una reforma verdadera de esta institución apóstata, inicia su protesta y denuncias contra las indulgencias clavando sus 95 tesis, el 31 de octubre de 1517, en la puerta de la catedral de Wittemberg, en Alemania. La Iglesia Católica al sentirse “sacudida en sus mismos cimientos y la corona de los papas se tambalea sobre sus cabezas”, es entonces cuando arrecia la persecución contra aquellos que habían iniciado una gran reforma que posteriormente se conoció como “Reforma Protestante”.

II. MARTÍN LUTERO ANTE LA DIETA DE WORMS

Martín Lutero es citado ante la Dieta de Worms (Asamblea General o Concilio Supremo de los gobernantes alemanes) ante la presencia del emperador Carlos V, los príncipes y representantes políticos y autoridades eclesiásticas del imperio, le piden a Lutero que se retracte. Lutero solemnemente contesta: “Puesto que su majestad imperial y sus altezas piden de mí una respuesta sencilla, clara y precisa, voy a darla sin rodeos de ninguna clase, de este modo, el Papa y los concilios han caído muchas veces en el error y en muchas contradicciones consigo mismos. Por lo tanto, si no me convencen con testimonios sacados de las Sagradas Escrituras, o con razones evidentes y claras, de manera que quedase convencido y mi conciencia sujeta a esta Palabra de Dios, YO NO QUIERO NI PUEDO RETRACTARME, POR NO SER BUENO NI DIGNO DE UN CRISTIANO OBRAR CONTRA LO QUE DICTA SU CONCIENCIA. HEME AQUÍ, NO PUEDO HACER OTRA COSA; QUE DIOS ME AYUDE, AMEN”. (Ref. Federico Fliedner, Martín Lutero – Su vida y su obra, pgs. 128-129. Editorial CLIE, 1980).

La fe que enseña la Biblia es la fe que salva y justifica, porque es ella la que une al hombre a Cristo y le ubica bajo su autoridad y señorío. Martin Lutero descubre esta gloriosa verdad en las Sagradas Escrituras y desde entonces predica: “El justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17).

III. CAUSAS DE LA REFORMA PROTESTANTE

Diversos factores llevaron al movimiento religioso conocido como Reforma Protestante. Veamos algunas principales razones o causas de la Reforma, que se inició en Alemania, gracias al reformador Martín Lutero, y que luego se difundiría en casi toda Europa.

Entre las principales causas tenemos:

1. Causas Religiosas.

Entre los motivos religiosos que determinaron el descontento popular hacia la Iglesia Católica Romana podemos citar:

a) Corrupción del clero religioso: Para ganar dinero, el alto clero de Roma, se burlaba de la buena fe de las personas a través del comercio de reliquias sagradas. Millares de personas eran engañadas al comprar espinas que supuestamente coronaron la frente de Cristo, astillas de la cruz en donde murió Jesús crucificado, paños empapados por la sangre del rostro del Salvador, objetos personales de los santos, etc. Además de eso, el comercio fraudulento y mercantil de la Iglesia Católica llegó a su punto más alto cuando se inició la venta de Indulgencias es decir, el perdón de los pecados para su salvación e ingreso al Paraíso, la cual era otorgada a cambio de dinero. El dinero que se recaudaba serviría para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro, en Roma. En ese periodo el papa reinante fue León X. El traficante de las indulgencias en Alemania fue Johann Tetzel (1465-1519). Su lema especial para recaudar dinero era: "Tan pronto la moneda en el cofre resuena, el alma al cielo brinca sin pena".

b) Ignorancia del clero: La mayor parte de los sacerdotes desconocían la propia doctrina católica y demostraban absoluta falta de preparación para las funciones religiosas. La ignorancia y el mal comportamiento del clero representó una serie de problemas para el pueblo. Sin embargo, la jerarquía de la Iglesia Católica enseñaba que los sacerdotes eran los intermediarios entre los hombres y Dios.

c) Aumento de los estudios religiosos: Con la invención de la imprenta, aumentó el número de ejemplares de la Biblia que podían llegar a manos de los estudiosos y de la población. La divulgación de textos sagrados y de otras obras religiosas contribuyeron al surgimiento de diferentes interpretaciones de la doctrina cristiana. Apareció, por ejemplo, la corriente religiosa que apoyado en la obra de San Agustín, quien afirmaba que la salvación del hombre era alcanzada por la fe. Esas ideas eran contrarias a la posición de la Iglesia Católica, basada en la obra de Santo Tomás de Aquino, quien enseñaba que: “Solo la fe y las buenas obras conducen a la salvación”.

2. Causas Sociales - Económicas.

La Iglesia Católica, durante el periodo medieval, condenaba el lucro excesivo la (usura) y defendía el precio justo. Esa moral económica entraba en oposición con los principios económicos de la naciente burguesía. Gran número de comerciantes no se sentían libres de extraer la máxima ganancia a sus empresas, ya que vivían amenazados con el fuego del infierno eterno.

Los grandes comerciantes pertenecientes a la burguesía sentían la necesidad de una nueva ética religiosa, más adecuada a la época de la expansión comercial y de transición del feudalismo hacia el capitalismo. Es así, como surgiría más adelante la ética protestante que se identificó con el espíritu de los tiempos modernos.

3. Causas Políticas de la Reforma Protestante.

Con el fortalecimiento de las monarquías nacionales, los reyes pudieron hacerle frente al poder temporal y terrenal de la Iglesia Católica que interfería en los asuntos internos de sus reinos. La Iglesia Romana, con sede en el Vaticano, se presentaba supuestamente como la institución universal que unía al mundo cristiano.
Esa noción de universalidad, sin embargo, perdía fuerza, pues crecía el sentimiento nacionalista. Cada Estado, con su lengua, su pueblo y sus tradiciones, estaba más interesado en afirmar sus diferencias en relación a otros Estados. La Reforma Protestante correspondió a esos intereses nacionalistas. Ejemplo: la doctrina cristiana de los reformadores fue divulgada en la lengua nacional de cada nación y no el latín, idioma oficial, de la Iglesia Católica Romana Apostólica.

IV. ¿PORQUE ES IMPORTANTE LA REFORMA PROTESTANTE?

El 31 de octubre es el “Día de la Reforma”, un día sumamente importante pues, se conmemora lo que se conoce como la “Reforma Protestante” o “Reforma Evangélica”. Aunque ciertamente la misma duró más de un día (e involucró a más figuras que simplemente Lutero), en este día comúnmente se conmemora el día que un monje agustino llamado Martin Lutero, en su desagrado y repudio a los abusos que existían en la Iglesia Católica (especialmente debido a la venta de indulgencias), clavó sus “95 tesis” en la puerta de la catedral en Wittenberg, Alemania. Fuera del período neo testamentario, la Reforma Protestante es quizás uno de los eventos que más ha marcado a la Iglesia Cristiana hasta el día de hoy. Fue un evento que ha influenciado en la vida de los creyentes a través de la historia, es innegable. Pero, ¿porque este evento es tan importante? ¿Cuál es la razón por la cual conmemoramos el mismo? Ciertamente la Reforma es sumamente importante por diversas razones, pero con el deseo de ser breves, he aquí tres de las más importantes:

1. A través de la Reforma Protestante la Iglesia Cristiana es rescatada de sí misma.

Cuando miramos el panorama de la Iglesia en el siglo 16 podemos observar una organización religiosa diferente a la que vemos en las páginas del Nuevo Testamento. La Iglesia se había convertido más en una institución política, que en el cuerpo visible de Cristo en esta tierra. Diversas estructuras y tradiciones habían echado raíces de tal manera en la Iglesia, que la Palabra de Dios había pasado a un segundo plano. Esto sin contar la corrupción y los abusos de poder de aquellos que estaban supuestamente puestos sobre el rebaño del Señor. Es a través de la Reforma Protestante que la Iglesia es rescatada de sí misma (echando al lado las tradiciones y estructuras que la encadenaban) y vuelve a la Palabra de Dios para intentar volver a ser una Iglesia conforme al corazón de Dios y según lo que él había establecido.

2. A través de la Reforma Protestante la Palabra de Dios regresa nuevamente al pueblo.

Antes de la Reforma el estudio de la Palabra de Dios sólo era para los privilegiados y los académicos. Sólo los líderes más importantes de la Iglesia tenían acceso a la Palabra de Dios; el resto del pueblo sólo tenía que atenerse a lo que le enseñaran los sacerdotes y maestros sin poder leer personalmente (la cual se encontraba en latín en aquellos momentos; idioma que sólo los clérigos podían interpretar). Es con la invención de la imprenta con tipos movibles por Johannes Gutenberg (1399-1468) y la revolución ocasionada por la Reforma Protestante es que se trabajó arduamente (en los tiempos de Lutero y en los siglos siguientes) para devolver las Sagradas Escrituras al pueblo.

3. A través de la Reforma Protestante el Evangelio llega a ser el centro de la predicación.

Una de las mayores crisis que movió a Lutero a escribir sus “95 tesis” y denunciar los abusos en la Iglesia Católica, fue la corrupción por la venta de “indulgencias”, y el hecho de que Dios abriera sus ojos a Martín Lutero para entender “el evangelio de la justificación por medio de la fe”. Y que ningún sistema religioso, ningún ritual o tradición y que ningún hombre podía reconciliarnos con Dios.

La justificación por la fe llegó a ser el centro de la predicación de los reformadores; pasó a ser el grito de guerra de los reformadores. Lutero mismo decía que el evangelio de la justificación por medio de la fe en Cristo era el fundamento indestructible y el sostén de la Iglesia Cristiana. Esta verdad fue el centro de la predicación de Lutero y todos los reformadores.

¿Porque es importante recordar todo esto?

La respuesta es sencilla: el ser humano es propenso a repetir sus errores. Si nos apartamos del evangelio y de la Palabra de Dios podemos caer en el mismo tradicionalismo, legalismo y corrupción predominante como en los tiempos de Lutero.

Muchas iglesias y denominaciones cristianas evangélicas ya han olvidado los beneficios que ha traído la Reforma Protestante. Hasta han perdido la memoria de sus raíces evangélicas o protestantes. Pero se debe recordar que el mismo término “evangélico” se origina con la Reforma, así como el título de “pastor evangélico”, incluso, con el matrimonio de Lutero con Catalina de Bora se fundó la casa doméstica del pastor evangélico.

V. EL MINISTERIO DEL PASTOR EVANGÉLICO

Las Sagradas Escrituras registran la existencia de dones especiales para la edificación de la Iglesia (Efesios 4:8-12). En el transcurrir de los primeros siglos, los dones ministeriales han cumplido sus propósitos divinos. Pero cuando Constantino llegó a ser supremo emperador de Roma en el año 323 d.C. y el Cristianismo es entronizado como religión de Estado. Pero es con Teodosio que el Cristianismo llega a ser la Iglesia oficial del Imperio Romano (378-395 d.C.). Algunos historiadores opinan que es entonces cuando se originó la Iglesia Católica Romana, con esa mezcla de religión, paganismo y política. “Fue la peor calamidad que jamás le haya sucedido a la Iglesia”. “La Iglesia cristiana cambió de naturaleza, y sobrevinieron mil años de abominaciones papales”.

En el primer siglo los líderes de la Iglesia Cristiana eran los presbíteros y obispos los que hacían labor pastoral. Pero en el transcurso del tiempo y al tomar cuerpo la Iglesia Imperial, la labor pastoral bíblica pierde vigencia en gran parte y, prevalece el clero romano con su casta de sacerdotes y Papas hasta el tiempo actual.

Desde el siglo I hasta el VIII, la Iglesia Cristiana había sido liderada por hombres fieles a Dios y Su Palabra llamados “Padres de la Iglesia”, habían liderado la Iglesia a pesar de muchas dificultades. Fueron los que predicaron enseñaron, y defendieron las Sagradas Escrituras, manteniendo la fidelidad del “remanente cristiano” hacia Dios y Su Palabra.

Recordemos algunos nombres: Policarpo (69-156.); Ignacio de Antioquía (67-156); Papias (70-155). Los tres primeros discípulos del apóstol Juan; Justino Mártir (100-167); Ireneo (130-200); Orígenes (185-254); Tertuliano (160-220); Eusebio (264-340); Juan Crisóstomo (345-220); Jerónimo (320-420); Agustín (354-430).

Es con Martín Lutero y la Reforma Evangélica que este ministerio cobra vigencia y es revalorado como un ministerio dado por Cristo a la Iglesia que Él fundó. Martín Lutero contrae este compromiso con gran responsabilidad y “asume su rol de pastor y ministro de Jesucristo”.

Es menester recordar el origen divino de este ministerio, pero también se tiene que recordar la responsabilidad que ello implica. La raíz misma del término nos señala qué y quién es un pastor evangélico. “El término griego del que procede la palabra pastor es poimen. La raíz de poimen significa: “proteger”. Básicamente significa “alguien que cuida, guía, alimenta, abriga y gobierna”. Dicho de otra manera: El pastor evangélico proclama, enseña, lidera y defiende.

1. Proclama el mensaje auténtico del evangelio de Jesucristo (Marcos 1:14-15; Gálatas 1:6-9).

2. Enseña y alimenta con la Palabra de Dios (1 Timoteo 3:1-5). No enseña ninguna tradición eclesiástica.

3. Lidera con responsabilidad el rebaño de Jesucristo (Hechos 20:27-28; 2 Timoteo 2:2-4).

4. Defiende y cuida con valor y diligencia el rebaño de Cristo de la intromisión de los falsos que vienen vestidos de ovejas; pero por dentro son lobos rapaces. (Mateo 7:15; Hechos 20:29-30; 1 Timoteo 4:1-3; 2 Timoteo 3:5).

Cristo es el modelo por excelencia (Juan 10:11-16; 1 Pedro 2:25; 5:2-4. Ese es el privilegio y esa es la responsabilidad que el “Buen Pastor” ha confiado a los pastores.

VI. LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA

1. Primero, la Iglesia tiene la responsabilidad de entender que entre los dones de Cristo para la edificación de la Iglesia, es el don de “pastor” y “maestro”.

2. Segundo, que el verdadero pastor es la persona llamada y elegida por Dios mismo. La responsabilidad de la iglesia es reconocer y admitir que ellos son esenciales para el cumplimiento de los propósitos de Dios.
Como dijera Donald C. Stams, teólogo norteamericano, autor de las notas de estudio y de los artículos de la Biblia de Estudio Pentecostal.

a) “La Iglesia que no elige pastores piadosos y fieles ya no será gobernada según la mente del Espíritu (1 Timoteo 3:1-7).

b) Será una Iglesia que queda expuesta a las fuerzas destructivas de Satanás y el mundo (Hechos 20:28-31).

c) No se cuidará a los creyentes y a las familias de la iglesia como Dios quiere (1 Timoteo 4:6,12-16; 6:20-21). Muchos se apartarán de la verdad y se volverán a las fábulas. (2 Timoteo 4:4).

d) La Iglesia del Señor Jesucristo debe obedecer y sujetarse a sus pastores e imitar su fe (Hebreos 13:7, 17).

e) La Iglesia debe reconocer el trabajo y liderazgo de su pastor (1 Corintios 9:7-14; 1 Tesalonicenses 5:12).

Sólo cuando se cumplan las exigencias del Señor para Su Iglesia revelados en Su Palabra, entonces, se mantendrá vigente el cumplimiento del Ministerio Pastoral.

CONCLUSIÓN

La Iglesia Evangélica en general, necesita una nueva reforma. Cuánto más aquellas congregaciones que ya ni siquiera se llaman “evangélicas” sino que tienen nombres diversos, han aceptado “herejías destructoras” (2 Pedro 2:1-3), se han apropiado de modas y estilos divertidos. Se han teatralizado y han aceptado un “evangelio diferente” y falso (Gálatas 1:6-9).

La misión de la Iglesia es predicar el evangelio auténtico del Señor Jesucristo; pero también es su responsabilidad vivir el evangelio en forma práctica. El apóstol Pablo nos exhorta “…ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor… para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado”. (Filipenses 2:12, 15-16).

De igual manera los pastores tenemos el privilegio y la responsabilidad de proclamar el genuino evangelio y enseñar (“todo el consejo de Dios”) toda la Biblia. El apóstol Pablo decía: “porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27).

En las actuales circunstancias de tanta confusión religiosa, de doctrinas de demonios y un Cristianismo apóstata, los verdaderos pastores debemos asumir con firmeza, lealtad y honor el ministerio que nos ha encomendado nuestro Señor Jesucristo. Como Lutero afirmémonos en la Palabra de Dios, por encima de toda experiencia personal y de toda revelación extra bíblica y sensacionalista.

Termino con la exhortación del apóstol Pablo a Timoteo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Timoteo 4:1-5).

RADIO EVANGÉLICA BÍBLICA BBN (EEUU)



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